domingo, 13 de diciembre de 2015

Historia de la electricidad (II): Comienzos



Durante unos 20 siglos apenas se experimentó con la electricidad, solo hay algunas referencias entre los filósofos griegos y algunas prácticas médicas relacionadas con el uso de anguilas eléctricas. El magnetismo si fue más explotado en las brújulas, aunque no se conocía la relación entre ambos efectos.

Los egipcios constataron la existencia de los peces eléctricos, hay referencias a ellos sobre el 2700 A.C., los llamaban peces guardianes, ya que pensaban que protegían a los otros peces.
En la introducción dije que se atribuye a Tales de Mileto, hacia el año 600 A.C. el descubrimiento de la electricidad estática producida por frotamiento, lo que se denomina efecto triboeléctrico. Como Tales no dejó nada escrito no se puede afirmar que fuera suyo. Lo más probable es que el fenómeno lo observara un joyero, ya que en aquella época el ámbar es considerado una piedra preciosa, al ser transparente y relativamente fácil de trabajar se usaba mucho para realizar joyas, un artífice seguramente frotaría sus piezas para aumentar su brillo. Lo que hizo Tales, o uno de sus discípulos, fue observar el fenómeno y constatarlo. Ellos pensaron que la electricidad era una propiedad que residía en el ámbar.

Por esa época, aunque sin fecha cierta, se conoce que cerca de la ciudad griega de Magnesia, ubicada en la costa este de la grecia continental, se observó que unas extrañas piedras tenían la propiedad de atraerse entre sí, o de atraer objetos de hierro. A esa piedra se les llamó magnetita por su ubicación.

La segunda referencia a la electricidad proviene de Theofasto, discípulo de Platón, que sobre el 250 A.C. escribió un tratado de física en el que habla del fenómeno eléctrico y aporta que no solo el ámbar tenía esta propiedad.

Esto es lo poco que se conoce que se investigara por los griegos. Sus sucesores, los romanos, no destacaron en ciencias teóricas sino en la ingeniería que es una ciencia aplicada. Se conocen referencias al uso de las anguilas y rayas eléctricas en el tratamiento de dolencias como las migrañas y la gota en escritos de Plinio el Viejo, que se dedicó a recopilar el conocimiento científico, o del médico del siglo primero Escribonio Largo, recopilador de la primera farmacopea o relación de fármacos importante de la historia.

A lo largo de la Edad Media solo hay algunas leves referencias al ámbar y su electricidad, y los grandes científicos de ese momento, los árabes, tampoco aportaron más que referencias al rayo, en árabe raad. Pero sobre el año 1100 se tienen referencias a las primeras brújulas en China, y en el 1187 Alexander Neckham es el primer europeo en hablar en su obra "De nominibus ustensilium" sobre la brújula como apoyo a la navegación. En esa época la brújula era una aguja de magnética sobre un trozo de madera, que flotaba en un cuenco con agua. Las brújulas chinas apuntaban hacia el sur, mientras que las europeas lo hacían hacia el norte.

Representación de "el pez que apuntaba al sur" chino, primera brújula (fuente: naukas.com)

Hacia el 1550, el italiano Girolamo Cardano, gran investigador y enciclopedista, inventor de la junta cardan que lleva su nombre, mientras ideaba un soporte mejorado para las brújulas usadas en los barcos, distingue entre fuerzas eléctricas y magnéticas.

Pero el primer investigador importante de la electricidad fue el inglés William Gilbert (1544-1603). Era médico de la reina Isabel I de Inglaterra, y esta le encomendó el estudio de la brújula para mejorar la navegación. Habló con muchos navegantes, y de ello sacó la idea para explicar la declinación magnética, para lo que experimentó ubicando brújulas en vertical y horizontal. Sus estudios concluyeron en el libro "De magnete" del 1600, que además es el primer tratado científico escrito en Inglaterra, en el que incluía la afirmación de que la Tierra producía el campo magnético que afectaba a las brújulas. En él introdujo el término "polo magnético". También fue el primero en usar la palabra griega para el ámbar, elektron, para referirse al fenómeno eléctrico, por tanto fue el que lo bautizó como electricidad. En sus estudios vio que ciertas sustancias podían producir el fenómeno por frotamiento, a las que llamó "cuerpos eléctricos", y otras no lo producían y las llamó "cuerpos aneléctricos", siendo la primera clasificación de conductores y aislantes. Una de las tareas del científico es dar nombres a las cosas, y fue el primero que habló de "energía eléctrica" o de la "atracción eléctrica".

Gilbert dio el pistoletazo de salida de las investigaciones en el fascinante mundo de la electricidad, algo que no se podía ver, oler ni tocar, pero que se podía notar por medio de las descargas eléctricas.


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